Sacristán fue un pionero en la difusión de la tradición filosófica analítica en el marxismo, a pesar de que esta era considerada antagónica por el marxismo clásico-ortodoxo, especialmente a raíz del trabajo de Lenin, Materialismo y empiriocriticismo. Sin embargo, no se dejó arrastrar por ningún tipo de dogmatismo y supo ver "lo mejor de los dos mundos".